Iglesia El Tabernáculo de Dios
“La Parábola de la Moneda Perdida”
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REFERENCIA BIBLICA:
“¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, diciendo: Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había perdido. Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.” Lucas 15:8-10
Definición de términos:
Dracma: moneda de plata equivalente en su valor a un denario romano que era el jornal que ganaba un obrero al día.
Diligentes: Cuidadoso, que obra con interés y atención.
INTRODUCCIÓN: En respuesta al insulto de los fariseos quienes lo culpaban por asociarse con pecadores (Lucas 15:1), Jesús pronuncia las parábolas de la oveja perdida, el dracma perdido y el hijo prodigo por enseñar el amor de Dios por los pecadores. Todas estas parábolas tienen la misma línea de pensamiento es decir, pérdida, restauración y gozo.
La moneda era escasa en los tiempos de Jesús. Gran parte del comercio era a base de trueque, las aldeas eran autosuficientes, sus habitantes confeccionaban sus propias vestiduras y cultivaban sus propios alimentos. Las casas no tenían ventanas, solo ranuras en lugar de ellas. Así, que aunque fuere de día se requería de una lámpara para buscar.
El aceite para la lámpara era costoso, generalmente se reservaba para la noche. Sin embargo, ella tenía que encontrar la moneda. Es evidente que para la mujer del relato, la pérdida de una de sus monedas era toda una tragedia, barre la casa, pues la moneda podía haberse perdido en el polvo de la tierra apisonada, hasta que finalmente la encuentra y convoca a vecinos y amigos para celebrarlo. Jesús relaciona la alegría de encontrar un artículo perdido con la alegría experimentada en el cielo por el arrepentimiento de un pecador, la misma alegría que mueve a Jesús a acercarse a los pecadores: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos sino a pecadores al arrepentimiento (Marcos 2:17). Jesús muestra un profundo interés por nuestra salvación. Cristo es el portador del nuevo reino del perdón y misericordia que está abierto para todos. Esta misma alegría debe impulsarnos a poner en práctica la misericordia y el perdón.
Hay cuatro actitudes diferentes que podemos asumir hacia el perdido:
- Odiarlos (Las personas que se consideran a sí mismos justos podrían tener esta actitud)
- Considerarlos con indiferencia; Darles la bienvenida cuando ellos vienen a nosotros (Los fariseos y los escribas consideraban a Jesús culpable de esto)
- Buscarlos (Lucas 19:10, Juan 10:16). No debemos mostrarnos indiferentes, escépticos o críticos ante un pecador que se arrepiente. Nuestra actitud debe ser de gozo (2 Corintios 7:4 – 9)
Esta parábola nos enseña:
- La singular dedicación de Dios al cuidar la humanidad, él no solo da la bienvenida a los pecadores. Él se encamina a buscarlos.
- Dios se regocija cuando los pecadores se arrepienten. Debemos ser imitadores de él con nuestras actitudes hacia el perdido (Efesios 5:1)
- Esta parábola se refiere al restablecimiento de las relaciones deterioradas: Dios nos está invitando a tener una relación amorosa con Él, y espera que nos esforcemos por reconciliarnos y restablecer las amistades tal y como él lo hace.
CONCLUSIÓN:
Dios quiere vivir en nuestro corazón, una evidencia del arrepentimiento genuino es que todas las cosas son hechas nuevas, proclamemos el evangelio de nuestro señor Jesucristo porque hay gozo en el cielo y en nuestros corazones cuando un pecador se arrepiente (Lucas 15:10)
“Os digo, que así habrá más gozo en el cielo de un pecador que se arrepiente, que de noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentimiento.” Lucas 15:7
¡Dios te bendiga! Ministerio de Doctrina Escuela Dominical
