
Iglesia El Tabernáculo de Dios
La Parábola del grano de mostaza
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Referencia Bíblica: “Decía también: ¿A qué haremos semejante el reino de Dios, o con qué parábola lo compararemos? Es como el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las semillas que hay en la tierra;” (Marcos 4:30-31)
Grandes cosas provienen de comienzos pequeños (Marcos 4:30–32, Mateo 13:31 – 32)
Definición de conceptos:
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Parábola: Proviene del griego parabole, es una figura del lenguaje que consiste en poner una cosa junto a otra para compararla, ilustración basada en eventos comunes.
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Grano de mostaza: Es una hortaliza originaria de Asia, pertenece a la familia del brócoli. Con ella se prepara un condimento que da sabor a las comidas, tiene propiedades medicinales: Antiinflamatorio, acelera el metabolismo, retrasa el envejecimiento, baja el colesterol, estimula el crecimiento del cabello, previene y reduce el cáncer, reduce el estreñimiento, protege las arterias y al cuerpo de la hipertensión. Aunque es de tamaño reducido produce una planta que alcanza una altura de 2 a 3 mts. Y puede tener ramas fuertes como un árbol.
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Hortalizas: Conjunto de plantas cultivadas en huertos que se consumen como alimentos.
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Reino de los cielos: Gobierno de Dios en Cristo Jesús y por medio de él.
Introducción:
Grano de mostaza era una expresión que se usaba proverbialmente como la cosa más pequeña que se pudiera imaginar. En el antiguo testamento se describe un gran imperio como un árbol, y los países súbditos como aves que encuentran cobijo a las sombra de sus ramas. (Ezequiel 17:22)
Por lo tanto la figura de un árbol con aves en sus ramas representa un gran imperio y las naciones que forman parte de él.
Jesús utiliza esta expresión para ilustrar el crecimiento de la obra de Dios que comenzó con un insignificante grupo de hombres en un pequeño país perdido en la inmensidad del imperio romano. El nacimiento de su precursor ocurrió en un humilde establo, él formó a 12 hombres que mostraban pocas actitudes para la tarea que se les encomendó: Ir hasta todas las naciones hasta lo último de la tierra, mostrando que eventualmente iba a existir aquel enorme árbol que le daría refugio a las aves del cielo, que representan a la gente de corazón recto que busca refugio en la congregación cristiana, recibiendo protección de las prácticas inmorales y degradantes de este mundo. Esta parábola se asemeja a la profecía de Ezequiel 13:23.
Desde el establecimiento del reino de Dios las ramas del simbólico árbol de mostaza se han extendido como vemos en Isaías 60:22. Llegará el tiempo en que toda persona tendrá el conocimiento del reino de Dios y veremos el cumplimiento de la profecía de Isaías 11:9.
La congregación Cristiana se formó cuando 120 discípulos fueron ungidos con el Espíritu Santo en Pentecostés del año 33. Aunque en ese momento constituían un grupo reducido en relativamente poco tiempo miles de creyentes se les unieron (Hechos 2:41; 4:4; 5:28; 6:7; 12; 24; 19:20).
Observamos que esta parábola nos demuestra los comienzos poco prometedores a quien Dios les ha dado una visión: A un anciano de Ur, le dice que se convertirá en una gran nación. A un pastor de ovejas en Madian lo llama a sacar a un inmenso pueblo de la esclavitud; A un labrador en Israel lo llama a liberar al pueblo de los Madianitas; A un ignorado pastor de ovejas lo nombran el futuro rey de Israel. La clave está en creer en la propuesta de Dios sin evaluar su posibilidad, porque él siempre nos dice: “NO TEMAS YO ESTOY CONTIGO”, indicando que lo imposible se tornaría posible por su intervención divina, porque las propuestas de Dios siempre tienen un inicio en situaciones que no dan el más mínimo indicio de éxito.
Una persona frágil, titubeante y con poca aptitud puede llegar a ser el origen de algo extraordinario en el reino de Dios. Jesús no se refiere tanto a lo majestuoso, del árbol sino a lo pequeño de la semilla con relación al árbol que puede producir, que se expande y puede albergar aves cuando ha crecido lo suficiente. Jesús nos enseña que aunque los principios son lentos, pequeños y el crecimiento silencioso no nos desalentemos, que estemos dispuestos a sembrar la palabra de Dios en nuestro corazón para que crezcamos a la altura de Cristo (Efesios 4:13-26); y en otras personas para que Dios les dé el crecimiento (2 Timoteo 4:1-2).
Conclusión:
Cada uno de nosotros somos los pequeños instrumentos de Dios para que se esparza su reino. Cada vez que le hablamos a una persona de Jesucristo hacemos que el reino de Dios crezca. La iglesia es la familia de Dios y aunque tuvo un comienzo de Dios como un grano de mostaza a través del servicio y testimonio humilde de cada uno de nosotros alcanzarán a todas las naciones del mundo.
“Por tanto, ID, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;” (Mateo 28:19)
¡Dios te bendiga! Ministerio de Doctrina Escuela Dominical