top of page

                                                                             LA FIDELIDAD DE DIOS

 

                                                                                                   Cuando Cristo está en nuestro Corazón, queremos agradarle y                                                                                            por tanto nos esforzamos por ser excelentes en todos nuestros                                                                                          caminos, logrando  escalar posiciones en el trabajo, en el                                                                                                      ministerio, y en todo lo que nos  desempeñamos; de la misma                                                                                            forma como sucedió con Daniel el profeta  de Dios.

 

Daniel, un hombre judío y temeroso de Dios, excelente en todos sus caminos, fue deportado a Babilonia,  donde reinaba Darío. Allí comenzó a ocupar un lugar importante en el gobierno Medo-Persa y muchos de los que estaban a su alrededor, le envidiaban (deseaban los privilegios de Daniel), y le buscaban fallas para destruirle, no encontrando ninguna, porque era fiel y buen siervo de Dios; fue entonces cuando, idearon un plan para acabar con él.

 

También sucede así hoy en día, existen quienes por envidia tratan de acabar con nuestras vidas, buscándonos fallas para desprestigiarnos y destruirnos; y al ver que no las consiguen inventan algún plan (algún edicto como en Daniel) para acabarnos.

 

Estos malvados, no hallando nada malo en contra de Daniel y sabiendo que solo a través de su fe podían dañarle, ejercieron influencia sobre el rey Darío, proponiéndole proclamar un edicto, el cual contemplaba que en el término de un mes, nadie orara o pidiera a otro Dios que no fuera el rey, de lo contrario seria echado en el foso de los leones. Pero Daniel en vez de atemorizarse y dejar la oración durante un mes, la continuó con las ventanas de su habitación abiertas y durante tres veces al día. Entonces, Daniel por desobedecer al rey Darío, fue echado en el foso de los leones.

 

“Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones. y el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tu continuamente sirves, él te libre”. Daniel 6:16

 

Pero hay de aquel que trate de impedir que un siervo como Daniel, se postre ante Dios en oración, súplica y ruego y le sirva en el ministerio para el cual le llamó. Por tanto, es preciso y urgente obedecer a Dios, antes que a los hombres. Así que, cuando vengan los envidiosos a tenderte lazo, para hacerte caer, fortalécete en Dios y en el poder de su fuerza, orando y siendo fiel a pesar de la prueba; y pronto veras llegar tu victoria, la cual será notoria para todos;  y por tu firmeza y fidelidad, el nombre de Dios Todopoderoso será glorificado.

 

Fue así, como al siguiente día de estar Daniel en el foso, llego el rey a ver qué había sucedido, y qué sorpresa para El, al darse cuenta de que Daniel había sido guardado por un ángel de Dios de la furia de los leones. Por la firmeza y fidelidad de Daniel, Dios fue glorificado, y el rey promulgo un nueva ordenanza: “De parte mía es puesta esta ordenanza: Que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel; porque El es el Dios viviente y permanece por todos los siglos, y su reino no será jamás destruido, y su dominio perdurará hasta el fin. El salva y libra, y hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra; él ha librado a Daniel del poder de los leones” Daniel 6: 26-27

 

Hermano(a) no desmayes en tu fe. Dios te será propicio. Bendiciones.

 

Pastores Marta y Joel Emanuel

bottom of page