
Iglesia El Tabernáculo de Dios
Jesús sana al siervo de un Centurión
REFERENCIA BÍBLICA: Mateo 8:5-13 Lucas 7:1-10
“Después que hubo terminado todas sus palabras al pueblo que le oía, entró en Capernaum. Y el siervo de un centurión, a quien éste quería mucho, estaba enfermo y a punto de morir. Cuando el centurión oyó hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese y sanase a su siervo. Y ellos vinieron a Jesús y le rogaron con solicitud, diciéndole: Es digno de que le concedas esto; porque ama a nuestra nación, y nos edificó una sinagoga. Y Jesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de la casa, el centurión envió a él unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo; por lo que ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero dí la palabra, y mi siervo será sano. Porque también yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la gente que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe. Y al regresar a casa los que habían sido enviados, hallaron sano al siervo que había estado enfermo.” Lucas 7:1-10
INTRODUCCIÓN:
En la época de Jesús, los Judíos, de quien El era parte, estaban gobernados por Roma, y los soldados que integraban el ejercito romano, por lo general tenían un trato despreciable y de abuso de autoridad, hacia aquellos que estaban por debajo del Imperio Romano; por esta razón, la gran mayoría de los Judíos odiaban a los miembros de dicho ejercito.
Sin embargo, vemos que Jesús, a través de sus enseñanzas, los instaba a pensar y sentir diferente con respecto a ellos. Cuando les decía que si los soldados le obligaban por el camino a andar una milla con ellos, para llevar sus pertenencias, no solo fueran esa milla, sino que caminarán otra más. (Mateo 5:41).
Esta es la historia de un Centurión Romano; un Militar de Carrera en Roma, que tenía unos 100 soldados bajo su mando, y que a pesar de la posición social que ocupaba (autoridad, dinero, poder, fama), y de las diferencias marcadas entre ambos pueblos, no permitió que nada se interpusiera como obstáculo para acercarse a Jesús.
JESUS SIEMPRE ESTA DISPUESTO:
El Señor Jesús venía de dar un discurso extenso, el cual conocemos como el Sermón del Monte, a su paso sano a algunos que encontró en el camino (Mateo 8:1-4); relata la Palabra que cuando estaba entrando en la ciudad donde vivía en ese momento “Capernaum”, posiblemente cansado por las muchas actividades, vino a Él una petición de sanidad, que no estaba cerca de donde se encontraba, e inmediatamente se dirigió hacia el lugar donde se encontraba el enfermo. Así mismo es nuestro Dios con nosotros, siempre sus oídos están prestos a nuestras suplicas, para ayudarnos en todas las cosas. (Salmo 116:1)
LA NECESIDAD DE ACERCARNOS Y RECONOCERLE COMO DIOS:
El Centurión Romano tenía una dificultad, que el dinero, y su posición social, no habían podido resolver, cuando busca a Jesús; para que haga algo, extraordinario o sobrenatural, como la sanidad de su Siervo, enfermo de muerte, esta reconociéndolo como Dios de dioses, y como Rey de reyes y que estas cosas difíciles (como la enfermedad), se sujetan a Él y le obedecen.
EL ALTO NIVEL DE FE DEL CENTURION Y LA SORPRESA DE JESUS ANTE ESTA FE:
El Centurión sabía:
1. Que estaba bajo autoridad, y orden que recibía, la cumplía sin falta, para no recibir castigo. Aún cuando esa orden no fuese de su agrado. Así mismo nosotros estamos bajo la autoridad de Cristo, sin embargo, aún cuando sabemos que todo mandamiento de Dios, es bueno, y es lo que conviene a nuestra vida, no siempre estamos dispuestos a obedecerlo. Y siempre creemos que porque Dios es bueno, borrará las consecuencias de nuestra desobediencia, pero nuestro Dios es Dios de justicia.
2. Que tenía autoridad, El sabía que por el Imperio Romano, el había sido lleno de autoridad y las ordenes que daba, eran cumplidas sin faltar ninguna de ellas. Así mismo, nosotros por Cristo Jesús, Rey de reyes, hemos sido llenos de autoridad, para vencer al enemigo (Lucas 10:19), pero con frecuencia nos cuesta creerlo.
Jesús se Maravilla:
Jesús quedo impresionado al ver tanta fe en el Centurión, que aun no siendo del Pueblo de Dios, pudo creer con tanta certeza, que lo haría.
CONCLUSIÓN:
La Biblia dice en Hebreos 11:6, que sin fe es imposible agradar a Dios. Jesús se agrado de la fe sincera, del Centurión y cumplió su petición. De la misma manera al acercarnos a Dios debemos creer que le hemos hallado y que por buscarle con integro corazón, seremos recompensados, primeramente con su presencia, y luego creer que Jesús dirá la Palabra, y será hecho de inmediato.
“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá” Romanos 1:17
¡Dios te bendiga! Ministerio de Doctrina Escuela Dominical