Iglesia El Tabernáculo de Dios
REFERENCIA BIBLICA: Mateo 12:22
“Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de tal manera que el ciego y mudo veía y hablaba”
Introducción:
En la actualidad son muchos los que han perdido la importancia de las palabras que dicen a diario, y no entienden que de una misma boca puede proceder maldición y bendición (Santiago3:10), pero miremos como fue Jesús, y entendamos el alcance de sus palabras.
El poder:
El poder de una palabra viene dado por la veracidad de esta, esto quiere decir que entre más veraz sea una sentencia, esta tendrá más peso en la historia.
Pero también quiere decir que entre mayor sea la mentira, mayor será el pecado.
En el caso de Jesús él dijo: "yo soy el camino, la verdad y la vida", Jesús de Nazaret hizo esta afirmación de sí mismo, ¿pero ha sido cierta?, pues claro; aún después de 2000 años el sigue cambiando vidas, sanando enfermos, restaurando y libertando a los oprimidos. Esto nos deja más que claro que el peso de su palabra fue corroborado por sus hechos.
La historia comienza con un endemoniado, y esta muestra el poder de Jesús para sanar y libertar (Mateo 12:22). Jesús tenía potestad para hablar de sí mismo ya que sus hechos, siempre corroboraban las cosas que decía, de El mismo y de otros.
La mentira:
Según el diccionario la mentira es una "afirmación que una persona hace consciente de que no es verdad"; los fariseos llenos de envidia y carnalidad, segados por su odio, blasfemaron en contra de Dios y de su espíritu al decir que el poder de Jesús provenía de las tinieblas (Mateo 12:24).
Fue tan irracional su afirmación, que Jesús cuestionó astutamente sus argumentos, esto ocurre frecuentemente con las personas que mienten, ya que una de las principales características de las mentiras es que siempre salen a la luz, y se desmoronan fácilmente. Así como Jesús que con sabiduría y entendimiento desvelo la mentira de los sabios, hoy en día nosotros debemos revelar la verdad de Jesús a toda lengua y nación, aun cuando se levanten mentirosos en el camino.
Como decía uno de los padres de la reforma "La verdad vence a todo", ya que sea revelada inmediatamente de la mentira como en nuestra historia o sea revelada en el día del juicio, la verdad es eterna, por que proviene de Dios.
La blasfemia:
El pecado es todo aquello que está separado de Dios, pero entre los pecados solo mencionaremos la blasfemia, ya que es la protagonista de nuestra historia; blasfemar es toda mentira en contra de Dios mismo.
Jesús conociendo los corazones de los fariseos (Mateo 12:25), sabia claramente que ellos rechazaban su mensaje y su persona, al punto de blasfemar en sus mentes y con sus palabras, al decir que su poder provenía de las tinieblas, lo que ellos no sabían es que este poder venia de lo alto, del Espíritu de Dios y que al decir esto estaban blasfemando contra su Espíritu, por eso continua y dice que todo pecado de los hombres iba a ser perdonado, pero que cualquiera que blasfemara en contra de su Espíritu no le sería perdonado (Mateo 12:31), cuando le dicen a un Cristiano que cree en la misericordia de un Dios amoroso y bondadoso, en muchas ocasiones quiere evitar leer estas palabras, pero lo cierto es que era un caso específico, ya que el hijo del hombre solo estuvo una vez en esta tierra, y su Espíritu se manifestó en El, solo mientras estuvo en esta tierra, pudiendo decir así que ya no se puede blasfemar contra el Espíritu en la forma en la que lo hicieron los Judíos.
Pero es importante recalcar que si se puede blasfemar contra El Espíritu y este pecado no será perdonado, se blasfema contra el Espíritu cuando rechazamos el perdón y la salvación que Dios ofrece, es decir, todo aquel que no crea en Jesús y rechace su mensaje de salvación y sus palabras, NO TENDRÁ PERDÓN DE PECADOS.
La lengua:
Ya como punto final Jesús hace referencia a la lengua, punto al que también hace referencia su hermano Santiago más adelante. Santiago hace referencia a que la lengua es el miembro del cuerpo más difícil de controlar, y dice que si la controlamos, controlamos el resto del cuerpo (Santiago 3:1-12). Jesús nos dice que daremos cuentas de todas nuestras palabras y que aún por aquellas que decimos sin mucha importancia daremos cuentas (Mateo 12:36)
Es importante recordar que en la antigüedad un hombre era lo que decía, y sus palabras tenían poder dependiendo de lo que sus hechos o posiciones dijeran de ellos, los fariseos eran maestros de la ley, eran respetados y por sus palabras pudieron engañar a un pueblo para que asesinaran al hijo de Dios, Jesús es el Rey de Reyes y con sus palabras trajo salvación y vida eterna, dividió la historia, y aún después de 2000 años sus palabras siguen teniendo el mismo peso que cuando las dijo, porque si El es la verdad, y la verdad es eterna entonces sus palabras, todas y cada una de ellas, también lo son.
Su palabra dice que de lo que abunda en el corazón habla la boca (Mateo 12:34), Jesús siempre guardo su boca del mal porque su corazón era puro y en él no había pecado, mientras que los fariseos, siempre hablaban para dañar, destruir y corromper, porque en su corazón abundaba la maldad.
No hablemos, de cosas que no debamos, no solo de las cosas malas, sino también de todas aquellas que le quitan el lugar a Dios en nuestras palabras y nuestros corazones, sino que nuestro hablar sea siempre Jesús, Aquel varón que es la Verdad.
“y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.” 1 Corintios 2:4-5
¡Dios te bendiga! Ministerio de Doctrina Escuela Dominical
