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La Mujer con Flujo de Sangre

REFERENCIA BIBLICA: Mateo 9:20-22,  Lucas 8:43-48,  Marcos 5:25-34

“ Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva.  Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora. “ (Mateo 9:20-22)

La Mujer con Flujo de Sangre: En las sagradas escrituras se habla de una  mujer sin nombre cuya desesperación la llevo a los pies de  nuestro Señor Jesucristo, ella es  conocida como la  “mujer del flujo de sangre”, quien padecía una hemorragia continua desde hacía doce años, (Marcos 5:25).  Su situación era sumamente desesperante estaba atormentarla físicamente, y según la sociedad era  legalmente impura y además transmisora de la impureza  (Levítico 15:25-27). Era  excluida de la comunidad, la ley de Moisés la obligaba a evitar todo contacto con las demás personas y a las personas  evitarla.  

Esta mujer  había buscado ayuda en los médicos, confiando que  hallaría alivio para su enfermedad, pero según  Lucas 8:43 los médicos tan sólo lograron llevarla al quiebre económico, sin poder curarla con ningún tratamiento que le aplicaban.  Esta mujer  toco el fondo del pozo de la desesperanza; ya se encontraba  anémica, pálida, débil y cansada físicamente, sin embargo, ella  escucho hablar de Jesús y reconoció que era el único que la podía ayudar  e inmediatamente  se puso en camino para formar parte de la muchedumbre que seguía a Jesús. Ese día  glorioso ella decidió ir a la  persona indicada.  (Marcos 5:27).

 

El Señor Jesús caminaba acompañado de Jairo el  jefe de la sinagoga, sus discípulos y un grupo de seguidores cuando  en medio de la multitud, un incidente irrumpe a las personas  que van a casa de Jairo, una mujer que sacó  fuerzas para abrirse paso;  ella solo pensaba “…Si tocare solamente su manto, seré salva”, ella busco acercarse a Jesús para poder ser sanada. (Mateo 9:21),  aquella mujer valiente fue convencida y segura al buscar su bendición.   “Si puedes creer, al que cree todo le es posible” (Marcos 9:23)

 

La mujer con flujo de sangre  logra tocar al Señor  Jesús y en respuesta a su acto de fe  recibe de forma inmediata la sanidad que había venido a buscar: “Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote” (Marcos 5:29). Nuestro amado Señor Jesús siente que de su cuerpo había salido poder divino. (Marcos 5:30-31)  y entre la multitud de personas pregunta quien me toco, El Señor estaba interesado en saber quien lo había tocado,  la mujer temiendo y temblando vino y se postró delante de Jesús y le comento al Señor lo sucedido (Marcos 5: 33) , nuestro Rey  afirmando dice  “Hija, tu fe te ha sanado, vete en paz y sé sana de tu aflicción” (Marcos 5:34),   fue reconocida públicamente por Jesús, como su hija, fue  sanada y salvada de las humillaciones de ser empobrecida por los médicos, aislada por impura, lo que le había provocado aflicciones corporales, mentales y sociales.

 

El Señor siempre tiene cuidado de nosotros a pesar de la situación que estemos viviendo,  no podemos perder la fe  que es tan importante para agradar a nuestro Dios. La fe causa grandes milagros, ten fe, no te desesperes.  Al Señor  Jesús le agradan los que vienen con fe y se mantienen en ella. Espera el tiempo del Señor en tu vida, ¡ sus santos propósitos se cumplirán en ti y en tu familia.! (Isaías 53:4-5)

“ Los ojos de Jehová están sobre los justos, Y atentos sus oídos al clamor de ellos” Salmos 34:15

¡Dios te bendiga!                                                                                                                                                Ministerio de Doctrina Escuela Dominical 

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