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Jesús camina sobre las aguas

Referencia Bíblica: Mateo 14:22-33 “En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: !!Un fantasma! Y dieron voces de miedo. Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: !!Tened ánimo; yo soy, no temáis! Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: !!Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: !!Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.”

Definición de términos: En aquel tiempo la noche se dividía en 4 vigilias: La primera de 6pm a 9pm; la segunda desde las 9pm hasta las 12am; la tercera desde las 12am hasta las 3am; y la cuarta desde las 3am hasta las 6am.

Introducción: Mateo escribe su evangelio cuando los cristianos estaban siendo perseguidos. La historia sobre la tormenta en el mar aborda los asuntos del peligro, el miedo y la fe. Jesús después de sanar a los enfermos y alimentar a los 5000 hombres sin contar a las mujeres y los niños, hizo que sus discípulos entraran en la barca y se dirigieran a la otra rivera, entre tanto que él despedía a la multitud y se retiraba al monte a orar. Juan nos dice (Juan 6:15) que la multitud quería hacerle rey y había peligro de que se produjera una aclamación popular y no quería que sus discípulos se involucraran. Se observa:

- Jesús envía a sus discípulos en la barca a que se adelanten solos mientras él se aparta a orar.

 

- Los discípulos son atrapados por la tormenta y tienen miedo, se enfrentan a una situación con la que ellos deben lidiar por sí solos.

 

- Las dificultades que enfrentan no son provocadas por ellos sino que surgen del cumplimiento del mandato de Jesús. La barca estaba en medio del mar empezando el día entre las 3 de la madrugada y las 6 de la mañana, lejos de la costa en medio de una tormenta con un trabajo desgastante, manteniendo una barca a flote.

 

- Jesús viene al rescate y los salva a través de un acto soberano de autoridad, un milagro sobrenatural, caminó sobre las aguas, los discípulos al verlo se turbaron y dijeron “es un fantasma”, pero él respondió “!!Tened ánimo; yo soy, no temáis!  “. Les da palabras de aliento, de ánimo, de valor. YO SOY el nombre de Dios. (Mateo 14:27)

 

- Pedro se atreve a caminar en fe sobre el agua para ir a Jesús y fue sostenido por su poder, pero cuando pone su atención en el viento lo vence el miedo y se hunde. Pero aún en este momento, conserva un poco de fe para pedirle al señor en una oración breve y preciosa “Señor, sálvame”. Jesús le extiende su brazo salvador enseguida, y luego le reprende por su poca fe, lo que nos muestra que cualquier reprensión de Jesús será después de que sintamos su mano salvadora sujetándonos con fuerza.

Para los discípulos de Cristo no es extraño encontrarnos con tormentas en el camino del deber, pero NADA debe asustar a los que tenemos a Cristo. Cuando dejamos de mirarlo para fijarnos en la grandeza de las dificultades, del caos y de la maldad que se nos oponen, empezamos a desfallecer y a perder el rumbo. Esta historia tipifica que Jesucristo está siempre con nosotros, y a través de su Espíritu Santo lograremos mantenernos en su unción y en su presencia, siguiendo su ejemplo, haciendo morir las obras, los pensamientos y deseos de la carne sin permitir que nuestras emociones y sentimientos nos gobiernen. Esta barca representa nuestras vidas, que lejos de Jesús son zarandeadas o probadas para confirmar que nuestra fe está cimentada en el conocimiento de la verdad de Dios.

 

Esta historia del milagro de Jesús caminando sobre las aguas, nos afirma que incluso en medio de la persecución, enfermedad o cualquier tipo de aflicción o adversidad, nuestros corazones están receptivos a Jesús.

 

Un corazón quebrantado es una puerta a través de la cual Cristo puede entrar, Él viene a nosotros, nos da esperanza, y no nos abandona a nuestra suerte en ningún momento.

Cuando Jesús subió a la barca llegó la calma. En tiempos de tormenta y tensión, la presencia y el amor de Jesús traen paz y serenidad. Estamos en un mundo donde vemos olas arrolladoras y este es el momento para mantener nuestra mirada en el señor Jesucristo que viene a nosotros diciendo; CONFIAD, YO SOY. NO TENGAS TEMOR y le reconozcamos como el Hijo de Dios.

                                      

    ¡Dios te bendiga!                                                                                                                                            Ministerio de Doctrina Escuela Dominical

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